Fuerzas rusas lanzaron este domingo múltiples ataques aéreos contra un centro de entrenamiento militar, en Lviv, en el oeste de Ucrania y cerca de la frontera con Polonia, donde al menos 35 personas murieron y 134 resultaron heridas. El bombardeo, hasta ahora en la zona menos afectada por el conflicto, ocurrió un día después de que Rusia advirtiera que iba a considerar “blanco legítimo” cualquier cargamento de armas extranjeras destinado al Ejército ucraniano.
En dos semanas, la cifra de refugiados superó los 2,5 millones de personas y el Gobierno ucraniano informó que son 85 los niños que han fallecido por la invasión.
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