
Como la vida y todo cambia, la televisión de a poco también cambia. Llegar a la cima de la fama no ha sido sinónimo de llevarse todo por delante, más bien nos retumba una famosa frase de una canción “bien parado o en la lona, hay que ser buena persona”. Quedó demostrado que la gente ya no consume de igual manera lo que se consumía hace años, los televidentes hoy quieren ver los cambios temporalmente asociados a la vida, a la actualidad.
Era de esperarse ciertas situaciones o actitudes del reality más famoso del país, sin embargo, la gran sorpresa de este año fue lo que la gente ha elegido. Dejando un poco el juego de lado, han apostado a los valores, a los buenos tratos, al compañerismo y la inclusión.
Los favoritos de Gran Hermano son los que han brindado esos momentos de calidad. Quienes, por sobre todas las cosas, han sido verdaderamente humanos. Y sin perder de vista el fin del programa, es de lo que todos hablan, lo que se destaca.
En buena hora hablar de esto, dar ese ejemplo. Porque siempre se pensó que para llegar lejos había que resaltar de otra manera, que el camino era distinto. El único modo que hemos visto en la final de este gran reality es ser buena persona. Mostrarse humano, mostrar afecto, brindar cariño y ser leal a los tuyos.
Y así queremos ser como sociedad, que lo que se vea reflejado sirva de ejemplo, sobre todo para los más chicos. Que lo que sume, lo que te lleve lejos sea la meramente humano.