Este jueves entraron en vigencia los nuevos aranceles dispuestos por la administración de Donald Trump, que afectan a decenas de países, incluida la Argentina. La medida, que ya había sido anticipada en los últimos meses, impone un promedio del 10% a las exportaciones nacionales, aunque en sectores como el acero y el aluminio los gravámenes alcanzan el 50%.

Según trascendió desde la Cancillería, las negociaciones con Washington siguen en curso y en un tono optimista. "Marchan bien", fue la frase que dejó filtrar el equipo de Gerardo Werthein, aunque por ahora no hay detalles ni confirmaciones oficiales. La expectativa está puesta en un eventual encuentro entre Trump y Milei.

Una estrategia con múltiples destinatarios

Los nuevos aranceles forman parte de una estrategia comercial más amplia del gobierno republicano, que combina objetivos económicos con mensajes geopolíticos. En la región, Venezuela, Ecuador y Bolivia enfrentan tarifas del 15%. A países como India o Brasil les impusieron aranceles de hasta el 50%, con un plus extra a Nueva Delhi por comprar petróleo ruso.

Estados Unidos dejó exentas las importaciones de energía y oro, lo que en el caso argentino otorga cierto alivio. Sin embargo, el impacto sobre sectores clave como la industria metalúrgica genera preocupación entre empresarios. La implementación de los gravámenes ya empieza a sentirse en algunos contratos de exportación.

Desde la Casa Blanca aseguraron que la medida servirá para "ordenar" la economía y generar ingresos. Trump habló de "cientos de miles de millones de dólares en aranceles", aunque no dio cifras concretas. Mientras tanto, los países afectados se preparan para un escenario más complejo en materia de comercio exterior.