Un informe reciente de la Universidad Austral y REDIFAM reveló que Argentina enfrenta un marcado proceso de envejecimiento demográfico. La baja natalidad y el aumento de la esperanza de vida configuran un nuevo panorama que preocupa a los especialistas. Con solo 1,4 hijos por mujer -muy por debajo del umbral de reemplazo poblacional de 2,1- y una tasa de natalidad de 9,9 nacimientos cada 1.000 habitantes, el país registra cifras históricamente bajas que marcan un cambio estructural.

¿Cómo impactan estos datos en la vida cotidiana?

El estudio también advierte sobre transformaciones profundas en la composición de los hogares: el 24,6% son unipersonales, el porcentaje más alto de América Latina. En paralelo, los hogares tradicionales nucleares descendieron al 57%, mientras que los extendidos se mantienen estables. Estos cambios afectan directamente a la red de cuidados, especialmente en el acompañamiento de adultos mayores.

Frente a este escenario, advirtieron: "Argentina ya no es un país joven, y eso exige decisiones políticas firmes e integrales".