El Gobierno anunció una suba salarial para los residentes del Hospital Garrahan: pasarán a cobrar cerca de $1.300.000 desde julio. La medida busca frenar la ola de protestas que copó las últimas semanas, pero deja afuera a más del 90% del personal del hospital, lo que ya desató nuevas tensiones. Desde ATE denuncian una maniobra divisoria y advierten: "Así no se resuelve nada".

Residentes en la mira, conflicto latente

Aunque el aumento fue celebrado por algunos sectores, los propios residentes siguen de paro y exigen una propuesta formal en mesa de negociación. Dicen que el anuncio llegó por los medios, sin diálogo previo, y repudian los "modos" del Ministerio de Salud. Mientras tanto, convocaron a una asamblea general para este martes, donde podrían definirse nuevas medidas.

Una mejora económica que llega con amenazas

En paralelo, el Gobierno endurece el discurso.Vinculan el conflicto con "militancia kirchnerista", prometen auditorías internas y descuentan los días de huelga. Incluso deslizaron posibles despidos. "El Garrahan no será más un refugio de ñoquis", afirmaron desde la dirección. La tensión, lejos de aflojar, sigue creciendo en los pasillos del hospital.

Una chispa que puede encender otro incendio

El aumento, que buscaba calmar las aguas, puede terminar avivando el conflicto. Con la mayoría del personal fuera del acuerdo y los residentes aún en pie de lucha, la pelea salarial en el Garrahan promete nuevos capítulos. Porque en este hospital, donde se cuida a los más chicos, también se juega una pulseada mayor: quién define las reglas en la salud pública.