¿En qué año transcurre El Eternauta, la serie de Netflix?
La adaptación del clásico argentino no aclara el año exacto, pero la historieta original sí lo tiene bien definido.
Netflix estrenó recientemente El Eternauta, una de las series más esperadas por los fanáticos del cómic argentino. Sin embargo, algo llama la atención: ¿en qué año ocurre todo lo que vemos en pantalla?
La serie parece ambientarse en 2025, en plena actualidad. Pero por otro lado, la historieta original tiene un año concreto para los hechos: 1963. Esa fecha no es un detalle menor: es el eje que estructura el relato creado por Héctor Germán Oesterheld y dibujado por Francisco Solano López.
En la historia original, Juan Salvo, el protagonista, aparece en la casa del propio Oesterheld para contarle su historia. Este recurso metaficcional hace que el autor y el lector se pregunten si lo que narra realmente está por suceder. En efecto, según las últimas páginas de la historieta, los sucesos ocurren en 1963, aunque el cómic fue publicado entre 1957 y 1959.
Serie de Netflix - El Eternauta con Ricardo Darín
La nevada mortal que cae sobre Buenos Aires no es nieve común: es un arma extraterrestre. Este ataque elimina a miles de personas en cuestión de minutos, dejando a Juan Salvo y a su familia como sobrevivientes casi por azar: su casa estaba cerrada herméticamente. El clima de tensión no solo surge por la invasión física, sino también por el avance psicológico del enemigo, que manipula mentalmente a los humanos.
En la serie de Netflix, sin embargo, no se hace referencia clara a una fecha precisa. Todo indica que la trama fue actualizada para que transcurra en estos días, apelando a un contexto más reconocible para los espectadores de hoy. Esto significa que, si bien mantiene la esencia de la historia -la lucha colectiva, la resistencia y la crítica a las invasiones-, cambia el marco temporal.
Lo interesante es que este cambio abre debates: ¿pierde fuerza el mensaje al sacarlo de su contexto original, o lo vuelve más cercano al público actual? Muchos seguidores de la historieta defienden que la ubicación en 1963 tenía un peso simbólico, ya que conectaba con miedos y tensiones de la época, mientras que otros consideran que el mensaje de fondo sigue siendo igual de potente, sin importar el año.
El Eternauta, entonces, no es solo un viaje de ciencia ficción. Es también una reflexión sobre el tiempo, el miedo colectivo y la memoria. Y, sea en 1963 o en 2025, lo que realmente importa es preguntarse: ¿cómo reaccionaríamos nosotros frente a una amenaza así?