Trump aplicará los aranceles recíprocos: por ahora, Argentina deberá pagar 10% a sus exportaciones
Pese a la medida, el Gobierno continúa negociando para ser parte de una excepción a la regla.
Donald Trump volvió a sacudir el comercio internacional. A través de una orden ejecutiva, el presidente estadounidense confirmó que a partir de la próxima semana impondrá aranceles recíprocos del 10% a los productos importados desde países con superávit comercial con EE.UU. Entre ellos, Argentina. Aunque se logró esquivar un golpe más duro, el impacto es inevitable.
Un 10% que duele, pero podría haber sido peor
Según la Casa Blanca, la medida busca "equilibrar la balanza comercial" con los países que le venden más de lo que le compran a Estados Unidos. En el caso argentino, ese desequilibrio comercial deja al país expuesto al nuevo piso impositivo. No obstante, el Gobierno celebró que el arancel no supere el 10%, lo que coloca a Argentina en una situación menos crítica que vecinos como Brasil o Venezuela.
La negociación que sigue en marcha
Pese a la confirmación del gravamen, fuentes oficiales aseguran que las negociaciones continúan y que podrían existir excepciones para productos estratégicos. Sectores como el aluminio y el acero, que ya venían con aranceles elevados, seguirán bajo presión. La intención argentina es preservar el nivel actual del 10% para el grueso de sus exportaciones y evitar sorpresas mayores.
La medida afecta con más dureza a otras naciones. Brasil, por ejemplo, enfrentará un arancel del 50% para parte de sus exportaciones, aunque se logró excluir a bienes clave como el jugo de naranja o la energía. Canadá, en tanto, verá subir sus impuestos del 25 al 35%. En ese contexto, Argentina aparece -al menos por ahora- como uno de los países menos castigados.
Un escenario que puede cambiar en cualquier momento
Trump dejó la puerta abierta para nuevos ajustes. El 10% no es un techo definitivo, y si las relaciones comerciales se tensan, podría modificarse. Además, países como China o la Unión Europea están en el radar de futuras medidas. Por ahora, Argentina se acomoda al nuevo escenario, sabiendo que en la era Trump, las reglas del juego pueden reescribirse de un día para otro.