Crisis de los Misiles de Cuba: Estados Unidos y la URSS frente a la amenaza nuclear en octubre de 1962
Cuba se convirtió en el epicentro de la confrontación entre EE.UU y la Unión Soviética, desencadenando negociaciones que evitaron un conflicto nuclear global.
La Crisis de los Misiles fue un conjunto de sucesos que generaron una gran tensión internacional dentro del contexto de la Guerra Fría. Surgió como resultado de la preparación de un posible enfrentamiento bélico entre Estados Unidos y la Unión Soviética, en el marco de la carrera armamentística nuclear. Tras el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, los intereses estadounidenses en la isla se vieron afectados, lo que llevó al gobierno de EE.UU. a implementar medidas agresivas para controlar la situación. Frente a esto, Fidel Castro buscó apoyo de la URSS, aprobando la instalación de misiles soviéticos en Cuba para proteger su autonomía.
Respuesta estadounidense y amenaza de guerra
En respuesta, la administración de John F. Kennedy rodeó la isla con barcos de guerra y estableció amenazas de invasión, incluyendo ataques a cualquier navío soviético que se acercara. La situación puso al mundo al borde de un conflicto nuclear directo, pero la conciencia del riesgo llevó a ambas potencias a optar por negociaciones diplomáticas para evitar la destrucción masiva. Así comenzó un delicado juego de presión política y estratégica entre Washington y Moscú.
Negociación y acuerdo histórico
Las conversaciones entre Kennedy y Nikita Jruschov, líder de la URSS, resultaron en un acuerdo clave: los misiles fueron retirados de Cuba, mientras que Estados Unidos prometió no invadir la isla y, en secreto, retirar sus misiles de Turquía. Este pacto permitió la distensión entre las superpotencias y marcó el inicio de una etapa conocida como coexistencia pacífica, donde la diplomacia pasó a ocupar un rol central en la Guerra Fría.
Antecedentes de la crisis
Los antecedentes de esta crisis se remontan a la relación histórica entre Cuba y EE.UU., afectada tras la independencia cubana de España en 1898. Tras la revolución de Castro, se implementaron medidas de nacionalización de empresas y reforma agraria, provocando una respuesta inmediata de Washington: congelamiento de activos cubanos, rompimiento de relaciones diplomáticas, expulsión de Cuba de la OEA y la fallida invasión a la Bahía de Cochinos en 1961. Aprovechando esta situación, Jruschov negoció la instalación de misiles soviéticos en la isla, como respuesta estratégica a los misiles estadounidenses en Turquía.
Desarrollo de la crisis en octubre de 1962
Durante octubre de 1962, los aviones espía U2 detectaron rampas de misiles y tropas soviéticas en Cuba, lo que llevó a Kennedy a declarar una "cuarentena defensiva" el 22 de octubre. Se desplegaron unidades navales y aviones de combate, estableciendo un perímetro alrededor de la isla, mientras se planificaba una invasión completa. Reconociendo el riesgo de una guerra nuclear, ambos líderes acordaron negociar en secreto.
Consecuencias y legado
El resultado fue un acuerdo histórico que evitó el conflicto, estableciendo además el teléfono rojo, una línea directa de comunicación entre el Kremlin y la Casa Blanca, garantizando un mecanismo de prevención de futuras crisis nucleares. A su vez, la Guerra Fría entró en su etapa de coexistencia pacífica, promoviendo la diplomacia como herramienta principal y limitando la escalada nuclear mediante acuerdos internacionales.