Escándalo internacional

La decisión de Conmebol tras los incidentes en el partido entre Independiente y la Universidad de Chile

Horas atrás, se vivieron episodios de violencia en las tribunas del Libertadores de América, en el marco de los octavos de final de la Copa Sudamericana.

Licenciado en Periodismo y Periodista Deportivo

Lo que debía ser un partido definitorio por los octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente y Universidad de Chile terminó en un escándalo total y en un duelo cancelado. Los incidentes en las tribunas del Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini obligaron a detener el encuentro a los pocos minutos del segundo tiempo, en medio de corridas, piedrazos y escenas de violencia que recorrieron el continente.

La chispa inicial se encendió en la tribuna visitante, cuando hinchas de la U comenzaron a arrojar proyectiles hacia los simpatizantes del Rojo. Piedras, butacas, palos e incluso una bomba de estruendo provocaron heridos y caos en la popular baja. La tensión escaló rápidamente y, ante la falta de reacción del operativo de seguridad, los jugadores se retiraron del campo de juego.

La decisión de la Conmebol

Luego de más de una hora de incertidumbre y con imágenes de barras invadiendo sectores rivales, la Conmebol emitió un comunicado contundente: el partido quedó cancelado. No se trata de una suspensión provisional, sino de una determinación definitiva. El cruce no volverá a disputarse y la resolución del caso quedará en manos del Tribunal de Disciplina del organismo continental.

La Confederación justificó su decisión en la "falta de garantías de seguridad por parte del club local y de las autoridades responsables". Además, informó que todos los reportes oficiales -incluidos videos, partes médicos y testimonios policiales- ya fueron elevados a la sede en Asunción para definir posibles sanciones tanto para Independiente como para la U de Chile.

El saldo de una noche negra

El violento episodio dejó un saldo provisorio de al menos diez heridos, varios de ellos de gravedad, y más de 300 detenidos en los alrededores del estadio. Entre las imágenes más duras quedaron registradas golpizas, hinchas desnudados a la fuerza y hasta un simpatizante chileno que cayó desde lo alto de la tribuna en medio de la desesperación. Una postal de barbarie que enterró cualquier posibilidad de que la pelota siguiera rodando.

En conclusión, la serie ya no se definirá dentro de la cancha. La Conmebol fue clara: el partido no se reanudará y todo pasará al escritorio disciplinario. Una nueva página de vergüenza para el fútbol sudamericano, en la que la violencia volvió a ganarle al juego.

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