Desorden público, final explicado: la verdad sobre el asalto a Franco
Los detalles exclusivos de lo sucedido con uno de los protagonistas de la serie.
La serie italiana Desorden público de Netflix plantea un dilema moral que se vuelve mucho más complejo de lo que parece a primera vista. La trama sigue a Mazinga y su equipo de policías antidisturbios, quienes toman un desviado camino de venganza tras la grave lesión de su líder, Pietro, durante una protesta. Este giro de los acontecimientos lleva a Franco Cua, un joven manifestante, a caer en coma, desencadenando una investigación interna que pone en el ojo del huracán a los agentes involucrados. A medida que la tensión aumenta, la serie nos enfrenta a una pregunta crucial: ¿qué ocurrió realmente con Franco?
¿Quién agredió a Franco y qué revela la cámara corporal?
El asalto a Franco ocurre después de que Mazinga y su equipo, cegados por el deseo de venganza, persiguen a un grupo de manifestantes hasta un río tras la protesta en Val di Susa. En medio de la brutal confrontación, Franco resulta gravemente herido, aunque inicialmente los policías logran encubrir su implicación. Para ello, limpian sus armas, destruyen la cámara corporal de su líder y niegan cualquier acusación. Sin embargo, la conciencia comienza a pesarles, especialmente a Marta, la única mujer del equipo y madre soltera, quien guarda un secreto devastador: ella fue quien atacó a Franco.
La llegada de Michele Nobili, un oficial íntegro que lidera al equipo tras la lesión de Pietro, añade una capa de tensión. Michele recibe la cámara corporal que Mazinga había escondido, y enfrenta un dilema ético: ¿entregar la evidencia o proteger a su equipo? Al final, Nobili opta por destruirla, incapaz de condenar a sus compañeros, especialmente después de enfrentar sus propios conflictos morales, incluido el caso de abuso que sufrió su hija Emma.
¿Qué sucede con Mazinga y el equipo?
Aunque Mazinga decide confesar y asumir la responsabilidad como líder del grupo, el destino le juega una última mala pasada. Franco fallece en coma, lo que intensifica la ira pública y desata una revuelta contra la policía. Durante un enfrentamiento con la multitud, Mazinga sufre un aparente ataque al corazón mientras intenta escapar con su equipo. La serie deja este momento abierto a interpretación, planteando si su posible muerte es un castigo narrativo por sus acciones o simplemente otro giro trágico en su vida.
La historia de Mazinga y su equipo refleja los dilemas éticos y las tensiones internas que enfrentan los cuerpos policiales en un contexto de abuso de poder y corrupción. Desorden público no ofrece respuestas fáciles, pero sí invita a cuestionar los límites entre la justicia, la venganza y la redención.