El jugador 333 enfurece contra las críticas por el final de El Juego del Calamar 3
Yim Si-Wan habló por primera vez sobre las duras críticas que recibió tras la escena más polémica de la temporada 3 de la serie surcoreana.
Yim Si-Wan, conocido por su trayectoria en el K-pop y ahora como el Jugador 333 en El Juego del Calamar, rompió el silencio tras el polémico final de la tercera temporada. El personaje que interpretó fue uno de los más detestados por los fanáticos.
En la serie, Myugi, un ambicioso trader de criptomonedas, sorprende al público con una decisión desgarradora: intenta asesinar a su propio hijo con tal de ganar los 45.6 mil millones de wones. Este giro generó un rechazo masivo.
En diálogo con The Hollywood Reporter, el actor reconoció que incluso sus propios amigos lo bombardearon con mensajes de odio. "Recibí comentarios como '¡Sos horrible! ¿Cómo pudiste hacer eso?'", contó entre risas.
Pese a las reacciones, Yim eligió un camino inesperado: "Necesito amar el odio", dijo, y agregó que lo toma como un elogio a su capacidad actoral. "Podés odiar a Myugi tanto como quieras", afirmó.
Final de la tercera temporada de El Juego del Calamar
La tercera temporada muestra cómo la codicia y el instinto de supervivencia transforman a Myugi en un personaje incapaz de redimirse. Mientras otros intentaban salvar vidas, él se aferraba a su ambición hasta el final.
Esta actitud lo convirtió en uno de los personajes más controversiales y discutidos del universo de Squid Game. Para muchos, superó en crueldad incluso al temido líder de los juegos.
La escena clave donde intenta eliminar al bebé, en medio del colapso de la isla, fue el punto de quiebre para el público. La frialdad con la que actuó dejó una huella profunda.
Sin embargo, Yim se mostró agradecido por la experiencia. "Fue un honor formar parte de una serie tan exitosa. Pero prefiero seguir siendo un actor trabajador que no se deja marear por la fama", expresó.
El actor también destacó que su objetivo es no dejar que este rol lo defina. Si bien el personaje generó una ola de reacciones, él insiste en ver el odio como una forma extrema de reconocimiento.
"El Juego del Calamar" sigue consolidándose como un fenómeno global, y el Jugador 333 ya ocupa un lugar clave en su historia... aunque no sea precisamente por su heroísmo.