En el fútbol, como en la vida.

Dicen que el fútbol es como la universidad de la vida, nos prepara para todo, en todos los ámbitos de la misma, en lo personal como en lo profesional. Un juego infinito en el que cabe toda la complejidad humana, […]

Dicen que el fútbol es como la universidad de la vida, nos prepara para todo, en todos los ámbitos de la misma, en lo personal como en lo profesional.
Un juego infinito en el que cabe toda la complejidad humana, desde los grandes valores, hasta las más pequeñas miserias. Y es que, el fútbol, nos lleva a la identificación comunitaria básica.

Para entender mejor esto, hay 3 escalones obligatorios que un jugador
tiene que subir para alcanzar el profesionalismo:

La naturaleza: que te elige. No hay gran futbolista que no tenga, en su base genética, ciertas ventajas relacionadas con el talento físico. La práctica: que se logra familiarizándose con el juego durante muchas horas al día. La exigencia: que fortalece virtudes, pule defectos y asegura la mejora continua.

Pero déjenme agregar una más, la pasión: el energético que hace agradable todos los sacrificios obligados por el deporte de alta competición.

Entonces podemos cuestionar, ¿es cierto que la vida es como el fútbol?.

En la vida nuestras victorias y nuestras derrotas son un poco parciales, como en el fútbol, hoy día sí y mañana no, hoy somos enormemente felices pero la próxima vez que juguemos probablemente nos toque perder y esa felicidad se esfume, al menos, hasta una nueva victoria. Y con las derrotas por suerte pasa lo mismo, hasta para los malos.

 

M. Emilia Scifo

Redactora 123News