Final explicado de El refugio atómico, la nueva serie española de Netflix
Traiciones, secretos y un final abierto: El refugio atómico cierra su primera temporada en Netflix dejando más preguntas que respuestas.
La nueva apuesta de Álex Pina y Esther Martínez Lobato, creadores de La casa de papel, llegó a Netflix y ya se convirtió en tema de conversación. El refugio atómico sigue a dos familias obligadas a convivir en un lujoso búnker, pero lo que parecía un relato sobre la supervivencia pronto se transforma en un juego de engaños y ambiciones. Su desenlace dejó a muchos espectadores con la necesidad de repasar cada detalle.
¿Cuál era realmente la premisa de la serie?
Aunque al inicio se plantea la idea de una catástrofe nuclear, pronto se descubre que todo era una farsa. Los hermanos Minerva (Miren Ibarguren) y Ziro (Álex Villazán) organizaron la supuesta emergencia para encerrar a millonarios en el refugio y aprovecharse de su dinero. Así, la trama se revela como una especie de reverso de La casa de papel: no se trata de sobrevivir, sino de una estafa cuidadosamente planeada.
¿Qué pasa en el final?
Los últimos episodios revelan la verdadera cara de varios personajes. Max (Pau Simon) lidia con la culpa por la muerte de su novia y el peso de los secretos familiares, mientras se entera de que su madre, Frida (Natalia Verbeke), mantiene una relación con Guillermo (Joaquín Furriel). El triángulo de traiciones se amplía con Marta, quien antes de quitarse la vida deja en evidencia los engaños de su marido. La tensión culmina cuando Max y Asia (Alicia Falcó) sabotean el sistema del refugio y él logra escapar al exterior, aunque la temporada se corta justo en ese instante, dejando el futuro incierto.
El desenlace también cobra víctimas: Mimi (Agustina Bisio) muere, Oswaldo (Enrique Arce) es asesinado tras descubrir el fraude de Minerva, y las alianzas dentro del búnker se desmoronan. Lejos de cerrar las historias, el final abre nuevas posibilidades para una segunda temporada.
Con ocho episodios llenos de giros, El refugio atómico termina con la sensación de que lo peor aún no llegó. La salida de Max al exterior y el destino incierto de los demás personajes dejan a los espectadores en vilo, esperando respuestas en una posible continuación.