Georgia: historia y claves de un modelo económico liberal en el Cáucaso

 Entre las escalas del viaje de Javier Milei por Europa, la inclusión de Georgia llamó la atención por tratarse de un destino poco frecuente en la política exterior argentina. Sin embargo, lejos de ser una visita meramente protocolar, el país del Cáucaso representa para el mandatario un caso de estudio en materia de reformas liberales, modernización del Estado y alineamiento con valores occidentales. Con una historia reciente marcada por cambios profundos en su estructura económica y política, Georgia aparece como un modelo que Milei admira y al que ahora busca acercarse. 

Georgia: el laboratorio liberal del Cáucaso que mira a Occidente

Ubicada estratégicamente entre Europa del Este y Asia Occidental, Georgia es una exrepública soviética que, tras independizarse en 1991, atravesó una profunda transformación institucional y económica. En las últimas dos décadas, se consolidó como uno de los países más reformistas y promercado del espacio post-soviético.

Contexto histórico: de la crisis al cambio

Tras años de corrupción, pobreza e inestabilidad en los 90, Georgia dio un giro con la Revolución de las Rosas en 2003. Este movimiento popular forzó la renuncia del presidente Eduard Shevardnadze y catapultó al poder a Mikheil Saakashvili, un joven político prooccidental formado en universidades de EE. UU. y Europa.

Saakashvili implementó una agenda de reformas liberales radicales, apoyado por organismos internacionales y think tanks económicos.

Reformas clave del modelo liberal georgiano

1. Reforma del Estado:

Reducción del tamaño del Estado y de la burocracia.

Eliminación masiva de trámites, permisos y licencias innecesarias.

Despido de decenas de miles de funcionarios corruptos.

Digitalización y modernización de servicios públicos.

2. Simplificación fiscal:

Reducción del número de impuestos (de más de 20 a solo 6).

Impuesto plano del 20% a los ingresos.

Bajos aranceles y política aduanera abierta.

3. Seguridad y justicia:

Reforma completa de la policía, con despido del 90% de los efectivos.

Creación de una fuerza nueva, capacitada y mejor remunerada.

Reforma del sistema judicial para combatir la corrupción.

4. Abertura comercial:

Firma de acuerdos de libre comercio con la Unión Europea, China y países del Cáucaso.

Política de "cero restricciones" a la inversión extranjera directa.

Zonas económicas especiales y leyes proemprendimiento.

5. Privatizaciones:

Venta de miles de propiedades estatales.

Externalización de servicios como la electricidad y los trenes.

Resultados e impacto

Estas políticas convirtieron a Georgia en un referente internacional de reformas promercado, elogiado por instituciones como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Fraser Institute.

En el ranking Doing Business 2020 (último publicado), Georgia se ubicó 7° en el mundo en facilidad para hacer negocios.

Subió en el Índice de Libertad Económica del Heritage Foundation, posicionándose cerca de países como Suiza o Australia.

El PBI per cápita pasó de menos de USD 1.000 en 2003 a más de USD 6.000 en 2024, con un fuerte crecimiento sostenido.

Aumentaron las inversiones extranjeras, especialmente en sectores como tecnología, energía y turismo.

Pensamiento liberal y prooccidental

Políticamente, Georgia apuesta por integrarse al bloque occidental. Mantiene relaciones estrechas con la Unión Europea, Estados Unidos y la OTAN, y se ha distanciado abiertamente de Rusia, especialmente después del conflicto armado de 2008 por las regiones separatistas de Abjasia y Osetia del Sur.

Este enfoque ha generado simpatías entre líderes liberales, libertarios y conservadores del mundo. Para muchos, Georgia representa un modelo exitoso de transición desde un Estado fallido hacia una economía libre y funcional.

¿Por qué podría interesarle a Javier Milei?

La visita de Javier Milei a Georgia puede interpretarse desde tres dimensiones clave que van más allá del protocolo diplomático.

En primer lugar, se trata de una inspiración ideológica. Georgia es un ejemplo concreto de muchas de las ideas que el presidente argentino promueve: un Estado reducido, baja presión fiscal, fuerte desregulación, modernización institucional y una política activa contra la corrupción. Es un caso que ha sido citado por economistas liberales y que Milei observa con interés.

En segundo lugar, existe un vínculo estratégico incipiente. Aunque la relación bilateral entre Argentina y Georgia no ha sido particularmente activa en el pasado, esta visita podría abrir oportunidades de cooperación en áreas como comercio, tecnología o relaciones políticas, especialmente si se consolida un canal de diálogo entre ambos gobiernos.

Por último, la escala en Georgia tiene una relevancia simbólica. Marca la voluntad del presidente de mirar más allá de los actores tradicionales de la política exterior argentina y vincularse con modelos reformistas no convencionales. En ese gesto también hay un mensaje: Argentina busca alinearse con países que, como Georgia, se reinventaron a través de reformas liberales profundas.