No te pierdas el 123 de Rolo Pedrotti
1- Como anillo al dedo
El conflicto entre el gremio docente y el Gobierno provincial ya no se resume en una mera discusión paritaria. El cortocircuito entre Llaryora y la Uepc ya desembocó en 7 paros, un acuerdo precario de 3 meses, el cruce de acusaciones entre los sindicatos y el Panal, y una marcha multitudinaria donde los insultos al gobernador terminaron de pudrir la negociación. Con este panorama, la media sanción de Diputados por la "Esencialidad de la Educación", le viene como anillo al dedo a Llaryora. El hecho de que los docentes no puedan parar de forma completa y deban garantizar un 30% de maestros los días de huelga, envalentona al Gobernador en la dura negociación. La nueva oferta no parece aplacar una disputa que tendrá nuevos capítulos.
2- Seguridad en foco
Los datos oficiales de la Policía de Córdoba sobre el aumento en los robos son impactantes. En el primer semestre del 24 los robos en casas aumentaron un 26%, y los de autos, un 16%. En los últimos 2 años, la cantidad de estos hechos se ha duplicado. El Ministro de Seguridad confirmó que son 16 mil los policías en las calles de la provincia, y que el esquema se ve reforzado por la incorporación de cadetes. Juan Pablo Quinteros resalta además que la crisis social y económica no tiene precedentes en la última década. Eso lo saben los vecinos de Córdoba. De memoria. Casi tanto como que cada vez que salen a la calle, lo hacen con el corazón en la boca.
3- Se corta solo
El tiempo de la campaña, en la Daniel Passerini y Martín Llaryora compartían las actividades a sol y sombra, parece cosa del pasado. El frío entre los mandatarios es cada vez más notable. Es por eso que el Intendente aprovecha cada segundo para salirse del libreto del cuidado al votante mileísta cordobés y, contra lo que indican los encuestadores, darle duro y parejo al León libertario. El reclamo por los fondos para el transporte es el principal argumento. Pero no el único. Esta semana, desde el Palacio 6 de Julio se quejaron hasta por la falta de plástico, que no envía Nación, para los carnets de conducir. En el manual passerinista, siempre es un buen momento para pegarle al libertariaje.