'Operativo: Lioness': La revelación final de Cruz, explicada
El final de "Operativo Lioness" deja una escena que todavía resuena: una agente cuestiona todo lo que creyó defender. La serie, creada por Taylor Sheridan, mezcla acción, geopolítica y un inesperado giro de conciencia.
La serie "Operativo Lioness", recién publicada en Netflix, combina entrenamiento militar extremo, operaciones encubiertas y una tensión permanente con reflexiones que emergen recién al final. En sus últimos minutos, deja una pregunta en el aire: ¿vale la pena el sacrificio cuando las causas parecen falsas?
La protagonista, Cruz Manuelos, es una marine entrenada por la CIA que termina asesinando a un supuesto financista del terrorismo. Pero en lugar de sentirse heroína, desconfía. Sabe que detrás de los discursos de seguridad hay negocios petroleros, mentiras institucionales y agendas ocultas.
Cruz se enfrenta a su jefa, Joe (Zoe Saldaña), y le lanza una frase que marca un quiebre: "Lo único que hicimos fue crear la próxima generación de terroristas". Esta línea rompe con el tono general de la serie, cargado de clichés sobre el bien y el mal, y abre una grieta de pensamiento crítico.
Operativo Lioness, serie emitida en Netflix
Mientras Sheridan apuesta por la espectacularidad en las escenas de acción, ese momento final es crudo y personal. El personaje principal se desploma, exhausta y desilusionada, entendiendo que fue solo un peón en un juego más grande.
En otros tramos, la serie cae en estereotipos geopolíticos: enemigos irreales como Irán y Arabia Saudita colaborando en una milicia, o cárteles mexicanos ayudando a terroristas suicidas. Pero ese cierre con Cruz cuestionando el sistema cambia el tono. Por un instante, "Lioness" deja de ser una serie de acción para convertirse en un alegato contra el intervencionismo.
Sheridan, que escribió los ocho episodios, parece usar ese final como una crítica velada al imperialismo estadounidense. Y lo hace a través de un personaje femenino, agotado, golpeado por la realidad, pero finalmente lúcido.
El desenlace también resuena por cómo conecta lo externo con lo interno. Así como Estados Unidos crea enemigos afuera para justificar su poder militar, también los crea adentro para distraer de las desigualdades reales. Es el rugido final de una leona que ya no quiere obedecer. Y aunque el resto de la serie puede parecer excesiva, esa última escena justifica todo el viaje.