¿Qué tiene que ver El Eternauta con la dictadura militar argentina?
La dictadura militar que sacudió a argentina en la década del 70 ha vuelvo a ser conversación con el estreno de la serie de El Eternaura pero ¿en que se relaciona este oscuro periodo con la serie?
Desde su llegada a Netflix, El Eternauta no solo ha arrasado en audiencia: también reabrió heridas y memorias. Esta versión, dirigida por Bruno Stagnaro y con Ricardo Darín como protagonista, revive la clásica historieta argentina de 1957 con una fuerza emocional inesperada. Aunque la historia muestra una invasión alienígena en Buenos Aires, lo que verdaderamente estremece es lo que late por debajo: una historia atravesada por la dictadura más brutal de Argentina y por el destino trágico de su creador.
¿Por qué esta serie ha tocado una fibra tan sensible?
La historieta no fue escrita durante la dictadura, pero su autor, Héctor Germán Oesterheld, no solo predijo los fantasmas que vendrían: los vivió en carne propia. Militante, padre, escritor, Oesterheld desapareció en 1977. Sus cuatro hijas también fueron secuestradas por el régimen militar, dos de ellas embarazadas. Sus nietos nacieron en cautiverio y aún hoy se los sigue buscando. Así, detrás del hielo mortal que cae sobre Buenos Aires en la ficción, se esconde una nevada real: la del terror, la desaparición y el silencio impuesto por el Estado.
¿Qué esconde esta historia de nieve y resistencia?
El Eternauta parece hablar de extraterrestres, pero en realidad habla de hombres comunes enfrentando una amenaza que los supera. Esa resistencia, que no es heroica sino humana, ha sido leída como una metáfora de los tiempos más oscuros. Juan Salvo y sus compañeros representan a los ciudadanos que se organizan, que luchan por no ser borrados del mapa. La nieve que cae en las calles se transforma en símbolo de la censura, del miedo, del enemigo invisible que avanza.
Lo poderoso de El Eternauta no es solo su narrativa fantástica, sino la forma en que se resignifica con el tiempo. Esta nueva serie no solo honra la obra original, también visibiliza la figura de Oesterheld como víctima de un sistema que temía a los que soñaban. Cada escena parece cargada de una doble lectura: lo que se ve, y lo que se recuerda.
Así, la historia de ciencia ficción más emblemática del país vuelve a nosotros con una fuerza renovada. Y si algo demuestra esta nueva adaptación es que algunas nevadas nunca se derriten del todo.