Quién es Robert Francis Prevost, el nuevo papa "León XIV"
León XIV, el primer Papa estadounidense, asumió tras solo cuatro votaciones. Su historia, marcada por la misión en Perú y su compromiso social, promete continuidad y desafíos.
La Iglesia Católica tiene un nuevo líder: Robert Francis Prevost, de 69 años, fue elegido Papa este jueves 8 de mayo tras un cónclave sorprendentemente breve. El cardenal estadounidense, de madre española, se convirtió en el primer pontífice nacido en EE.UU. y asumió bajo el nombre de León XIV.
Apenas 24 horas después del inicio del cónclave, la esperada fumata blanca apareció sobre la Capilla Sixtina a las 18:07. La rapidez del proceso recordó al cónclave que eligió a Benedicto XVI en 2005. Dominique Mamberti, cardenal protodiácono, fue el encargado de anunciar la elección al mundo desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
"El mal no prevalecerá. Avancemos sin miedo, unidos y de la mano de Dios", fueron las primeras palabras públicas del nuevo Papa frente a miles de fieles reunidos en la histórica plaza vaticana.
Prevost nació en Chicago pero vivió cuatro décadas en Perú, donde lideró a los agustinos y desarrolló una intensa actividad pastoral. Se ordenó sacerdote en 1982 y fue elevado a cardenal hace dos años por el Papa Francisco, con quien compartía una visión de Iglesia humilde y comprometida con los más vulnerables.
El nuevo pontífice ha mostrado firmeza en temas clave: apoya la acción urgente contra el cambio climático, impulsa una Iglesia sinodal, pero se mantiene en contra de la ordenación de mujeres, advirtiendo que esa medida podría traer complicaciones adicionales.
Su elección rompe con la tradición no escrita que evitaba nombrar Papas estadounidenses, debido a la influencia política de EE.UU. Sin embargo, el perfil de Prevost es visto como equilibrado: un puente entre la Iglesia polarizada de su país y la comunidad internacional.
Académicamente, Prevost es doctor en Derecho Canónico y cuenta con títulos en Ciencias Matemáticas y Divinidad. Su extensa trayectoria incluye un rol destacado supervisando obispos a nivel global, tarea que le confirió Francisco antes de su muerte.
Con León XIV al mando, se abre una nueva etapa para la Iglesia, marcada por la continuidad en temas sociales y la expectativa de un liderazgo moderno y firme en un mundo cada vez más desafiante.