Economía

Según el FMI, Argentina deberá pagar U$D 20.000 millones en 2026

Aunque el Gobierno celebra el superávit fiscal y comercial, el organismo revisó al alza el déficit de cuenta corriente y proyecta mayores necesidades de financiamiento.

Licenciado en Relaciones Internacionales y en Ciencias Políticas de la Universidad Empresarial Siglo 21

El equipo económico de Javier Milei suele destacar que la Argentina está entre los "cinco mejores alumnos" del mundo en materia macroeconómica. Subrayan especialmente que el país logró un superávit fiscal (más ingresos que gastos del Estado), superávit comercial (más exportaciones que importaciones de bienes) y mantiene una deuda relativamente baja en relación con el producto bruto interno (PBI), en torno al 50%.

Sin embargo, el Gobierno evita referirse a un indicador clave: el nivel de reservas internacionales. Tras un año y medio de gestión, las reservas netas continúan en terreno negativo, con un saldo de -US$6400 millones, según la metodología del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Estimaciones poco optimistas

De cara al futuro, el escenario se vuelve más desafiante. En su último informe técnico, el FMI ajustó de manera negativa sus previsiones sobre la cuenta corriente del país, que mide el ingreso y egreso de divisas por comercio, servicios e intereses de deuda. Es decir, cuántos dólares necesita la Argentina para sostener su relación con el mundo.

Según esas estimaciones, el déficit de cuenta corriente este año será de US$11.800 millones, equivalente al 1,7% del PBI. En abril, se proyectaba un rojo de apenas US$2700 millones (0,4%).

Para 2026, el déficit alcanzaría los US$10.300 millones (1,4% del PBI), frente a una proyección anterior de -US$2000 millones (0,3%). Aunque las cifras llaman la atención por el cambio en tan poco tiempo, aún están lejos del desequilibrio de -US$30.000 millones registrado en 2017, durante la presidencia de Mauricio Macri.

A estas cifras, se suman los vencimientos de deuda. En condiciones normales, con un riesgo país inferior a los 400 puntos básicos, esas obligaciones podrían refinanciarse. Pero con un riesgo superior a los 700 puntos, como el actual, la Argentina tuvo que pagar este año US$2400 millones por bonos reestructurados en 2020, Bonares y Globales, además de US$1000 millones por el Bopreal, el instrumento que permite a las empresas girar divisas al exterior.

En total, el déficit de divisas para este año rondaría los US$14.100 millones.

"El deterioro de la cuenta corriente se debe íntegramente al aumento previsto de las importaciones, que crecerían más de US$7000 millones hacia 2026. A eso se suman pagos de deuda por US$10.000 millones. En total, habrá que cubrir un déficit externo de US$20.000 millones ese año. Sin acceso al crédito, será difícil hacerlo", advirtió el Centro de Estudios Económicos del Banco Provincia, que dirige el economista Matías Rajnerman.

El FMI estima que el financiamiento se cubrirá principalmente mediante inversión extranjera directa, mayor endeudamiento del sector privado -desde una base baja- y un acceso sostenido a los mercados financieros internacionales.

"Se proyecta que el saldo de la cuenta corriente externa pase de un superávit del 1% del PBI en 2024 a un déficit del 1,7% en 2025 (frente al 0,4% estimado inicialmente), impulsado por el crecimiento de las importaciones y la flexibilización de restricciones cambiarias y comerciales. Se espera que el déficit sea más que compensado por mayores entradas de capital, lo que permitirá una mayor acumulación de las reservas", indicó el FMI.

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