Comer como en casa. Porciones generosas, buena comida, atención cálida, ambiente familiar, distendido y precios accesibles. Ubicado en la sede del Club Social y Deportivo IME, nació por iniciativa de los trabajadores de la antigua empresa Industrias Mecánicas del Estado recordada, entre otras cosas, por diseñar y fabricar el mítico Rastrojero.
Vas a encontrarte con un salón austero para 70 comensales que siempre está lleno y donde se estila servir el vino con soda y las gaseosas en botella grande para compartir, como antes. Un bodegón a la altura de la historia de uno de los barrios más tradicionales de la ciudad.
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