Ecuador bajo fuego

La guerra de guerrillas llegó a un punto crítico en el país ecuatoriano, el caos se apoderó de las calles y el ejército le declaró la guerra total a los grupos armados. A pesar de que la situación ya era delicada […]

La guerra de guerrillas llegó a un punto crítico en el país ecuatoriano, el caos se apoderó de las calles y el ejército le declaró la guerra total a los grupos armados. A pesar de que la situación ya era delicada desde hacía meses, todo se precipitó este domingo 7 de enero cuando el comandante general de la Policía, César Zapata, confirmó que se desconocía el paradero de Adolfo Macías Villamar -más conocido como Fito- líder de Los Choneros, una guerrilla fuertemente armada y delictiva.

Este episodio, que derivó en una fuerte investigación policial, generó una serie de incidentes en cuatro prisiones en todo el país, con oficiales secuestrados por los reos, amenazas con cuchillos y mensajes amenazantes para el Ejecutivo en los que se le exige que “recapacite en sus decisiones y no se deje manejar por los impulsos o falsas expectativas”.

A la par, Fabricio Colón Pico, uno de los cabecillas de Los Lobos, que fue detenido el 5 de enero tras intentos de asesinar a la Fiscal General Diana Salazar, grabó un mensaje desde la cárcel también en contra de las autoridades y, finalmente, se fugó de su penal al sur de Quito este martes junto a otros 38 presos.

En medio de esta crisis, el presidente Daniel Noboa declaró el Estado de Excepción, lo que implicó la suspensión de los derechos a la libertad de asociación y la inviolabilidad de domicilio por 60 días. Sin embargo, la situación lejos de mejorar, empeoró y durante la noche, pese al toque de queda, la guerra de las bandas criminales contra el Estado continuó con más actos de violencia en las calles de todo el país.

Durante la madrugada de este martes, cuatro policías fueron secuestrados, el balance de oficiales penitenciarios rozó los cien y se registraron detonaciones de coches bomba y vehículos incinerados en Esmeraldas, Cuenca, Loja, Quito y Guayaquil. A la par, un artefacto en el puente peatonal de Quito y un patrullero en Quevedo fueron detonados y tres policías en Machala y uno en Quito fueron secuestrados por estas bandas. A esto se sumó que, por la tarde, un grupo de criminales irrumpió durante la transmisión de Canal 10, conocido como TC, y secuestró a sus empleados. Momentos más tarde se conoció que hombres armados también ingresaron en la Universidad de Guayaquil.

Nuevamente, en una señal de resistencia a estas intimidaciones criminales, Noboa ordenó al Ejército restablecer el orden en el país y “neutralizar” a las bandas armadas. Puntualmente, el Presidente declaró la existencia de un conflicto armado interno y, por tanto, pidió a las Fuerzas Armadas que ejecuten “operaciones militares para neutralizar a estos grupos”.

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