A 14 años del descenso de River Plate a la Primera B Nacional
River descendió a la B un 26 de junio de 2011 y estallaron incidentes en el Monumental.
El 26 de junio de 2011 quedará marcado a fuego en la historia del fútbol argentino. Esa tarde, River Plate empató 1-1 ante Belgrano de Córdoba en el estadio Monumental y descendió por primera vez a la Primera B Nacional. El resultado global de la promoción fue 3-1 a favor del equipo cordobés. La tristeza fue inmensa para los millones de hinchas del Millonario.
El partido de ida había sido derrota para River por 2-0 en Córdoba, con goles de César "Picante" Pereyra y César Mansanelli. En la revancha, River se puso en ventaja con un tanto de Mariano Pavone a los cinco minutos, lo que hizo ilusionar a los locales. Pero a los 17 del segundo tiempo, Guillermo Farré marcó el empate definitivo que sentenció la historia.
Caos en el Monumental
Ese día, el Monumental fue escenario de una tensión que crecía minuto a minuto. El empate no alcanzaba y el reloj jugaba en contra. Cuando el árbitro Sergio Pezzotta pitó el final, comenzaron los incidentes. Hubo piedras, gases lacrimógenos, hinchas que rompieron butacas y vidrios, y una represión policial que quedó registrada por las cámaras.
Las imágenes de los jugadores llorando, de la desolación en las tribunas y del caos en las afueras del estadio se repitieron en todos los noticieros. El club más ganador del país hasta ese momento vivía su hora más trágica. Aquel descenso significó el fin de una era y el inicio de una profunda reconstrucción institucional y deportiva.
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— Boca Juniors - La12Tuittera (@la12tuittera) June 26, 2025
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"Es un dolor muy grande, pero hay que poner el pecho", decía en ese momento Matías Almeyda, que asumió como técnico del equipo en la B. "Hay que aceptar lo que pasó y volver más fuertes", agregaba. El "Pelado" sería uno de los emblemas del resurgimiento. River volvió un año después, campeón, bajo su conducción.
El descenso de River en 2011 fue más que una caída deportiva: fue un terremoto emocional para millones. Desde aquel día, el 26 de junio quedó grabado como uno de los momentos más impactantes del fútbol argentino. Y cada aniversario revive los ecos de ese grito ahogado de impotencia y dolor.