El futuro de Miguel Ángel Russo en Boca Juniors es una incógnita cada vez más difícil de ignorar. El equipo atraviesa una de las peores rachas de su historia reciente: suma once partidos consecutivos sin victorias, de los cuales siete fueron bajo la conducción del experimentado DT de 69 años. La presión crece tanto en los pasillos de La Bombonera como en el mundo digital, donde los rumores sobre su posible salida ganan fuerza.

El ciclo de Russo, que había generado expectativas tras su regreso en junio de 2025, podría terminar mucho antes de lo imaginado. Según el medio partidario Info Bostera, vinculado al programa Catarsis Xeneize, la dirigencia de Boca ya habría iniciado conversaciones con posibles sucesores. El principal apuntado sería Gustavo Quinteros, mientras que Luis Zubeldía aparece como segunda alternativa.

Las versiones ganaron fuerza tras la eliminación en Copa Argentina frente a Atlético Tucumán, y se potenciaron luego de la derrota por 2 a 0 ante Huracán, en la tercera fecha del Torneo Clausura. En la conferencia de prensa posterior, Russo se hizo cargo del mal momento: "Soy el principal responsable de esto", afirmó, aunque no mencionó una eventual renuncia ni sugirió estar evaluando irse.

Las estadísticas juegan en su contra. En esta tercera etapa en el club, Russo acumula cuatro empates y tres derrotas y todavía no conoce la victoria. La preocupación central de los dirigentes no es solo la falta de resultados inmediatos, sino el riesgo de que Boca se quede, por tercer año consecutivo, fuera de la Copa Libertadores.

El clima interno también parece resquebrajarse. Fuentes cercanas al plantel afirman que algunas decisiones del DT habrían generado incomodidades, y que la pausa en el calendario podría ser aprovechada para definir su continuidad. Boca volverá a jugar el sábado 8 de agosto ante Racing en La Bombonera, y una derrota frente a la Academia sería el golpe de gracia: marcaría el final del ciclo Russo.

Aún no hay confirmaciones oficiales, pero todos los focos apuntan al próximo compromiso. Mientras tanto, los hinchas están divididos: algunos piden paciencia, otros claman por un cambio urgente. Lo único seguro es que los próximos días serán clave para el futuro inmediato del club y de su actual entrenador.