Liga Profesional

Escenario inesperado en el Superclásico: Boca llega en alza, River en crisis

El Xeneize derrotó a Estudiantes de La Plata de visitante, mientras que el Millonario sufrió una derrota histórica.

Licenciado en Periodismo y Periodista Deportivo

El Superclásico ya empezó a jugarse, aunque falte una semana. Boca venció 2-1 a Estudiantes en La Plata y llega encendido a la Bombonera, con la ilusión intacta y un equipo que recuperó confianza justo cuando más la necesitaba. River, en cambio, volvió a tropezar -esta vez frente a Gimnasia por 1 a 0- y sumó su cuarta derrota consecutiva como local. Dos polos opuestos en un mismo país futbolero que respira ansiedad por el domingo.

Dos caras opuestas

El equipo de Claudio Úbeda mostró carácter en un partido bravo: Zeballos falló un penal, pero se redimió con un gol temprano en el complemento. Después, Merentiel selló el triunfo en tiempo agregado y desató un festejo que sonó a desahogo. El Xeneize, además de trepar a la cima de su zona, dio un paso clave hacia la clasificación a la Libertadores y recuperó algo que no se compra: confianza.

Del otro lado, el clima es de preocupación. River perdió el rumbo y los hinchas explotaron. Gallardo suspendió su conferencia de prensa tras la derrota y el silencio se volvió un mensaje: el equipo no encuentra respuestas. A las caídas con Palmeiras, Riestra y Sarmiento, se sumó la de Gimnasia, en una racha que ya empieza a pesar. Colidio se lesionó, Borja erró un penal y la defensa volvió a mostrar grietas.

La previa que nadie imaginaba

Boca llega con viento a favor, River con el alma en duda. Mientras uno crece desde la solidez y el oportunismo, el otro busca oxígeno en medio del desconcierto. En la Bombonera, el contexto promete ser una hoguera: para los de Úbeda, la chance de despegar definitivamente; para los de Gallardo, la obligación de reaccionar o profundizar su crisis.

El Superclásico, como siempre, se convierte en mucho más que un partido. Es un punto de inflexión, una bisagra emocional que puede marcar el cierre del año para ambos. Porque si algo enseñan los River-Boca, es que nunca llegan empatados: uno se levanta, el otro se hunde. Y el domingo, en la Bombonera, sabremos cuál de los dos sale de pie.

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