Omar Asad regresa a Godoy Cruz para intentar lo que ya consiguió una vez: salvar al equipo del descenso y devolverle la mística. El Turco, ídolo en Vélez pero de corazón también bodeguero, firmará contrato hasta diciembre de 2026 y asumirá en un momento límite, con el Tomba apenas un punto por encima de la zona roja. "Me encantan los desafíos bravos, las cosas difíciles", dijo el DT en su primera entrevista tras aceptar el cargo.

El nuevo cuerpo técnico estará conformado por dos viejos conocidos: el Mago David Ramírez y Juan Calabrese como ayudantes, y Juan Escalante como preparador físico. En Mendoza, su nombre sigue teniendo peso: fue el técnico que en 2010 clasificó por primera vez al equipo a la Copa Libertadores y dejó una huella profunda en la identidad del club. "Godoy Cruz me marcó mucho. Fue el primer club que me dio la oportunidad de estar en Primera", recordó.

Un regreso en medio de la tormenta

La salida de Walter Ribonetto, tras once partidos con apenas una victoria, dejó al Tomba en un escenario crítico. Sin embargo, Asad confía en la reacción de un plantel golpeado, pero aún con vida. La tabla anual muestra a los mendocinos con 27 puntos, uno más que San Martín de San Juan y tres por encima de Aldosivi, con tres fechas por jugar. "Son tres finales", avisó el Turco, que ya prepara el primer duelo ante el Santo sanjuanino en el Gambarte.

El contexto no deja margen para el error. Desde la fecha 7, el equipo no gana: se acumulan empates y caídas que hicieron tambalear todo lo construido en los últimos años. Pero el regreso de Asad reavivó algo del fuego que el hincha necesitaba. "Vamos a dejar al Tomba en Primera", prometió. Su frase no suena vacía: es el mismo técnico que tomó un Godoy Cruz en descenso y lo llevó a jugar la Libertadores. El desafío ahora es diferente, pero la historia puede repetirse.