La eliminación en primera ronda del Mundial de Clubes marcó un duro golpe para Boca y River, que no lograron estar a la altura del torneo disputado en Estados Unidos. Con planteles costosos y grandes expectativas, ambos quedaron afuera sin poder competir de igual a igual con las potencias, en contraste con los equipos brasileños que avanzaron con autoridad. Ahora, todo se torna al torneo doméstico.

Lo que se viene para Boca y River

Superado el tropiezo internacional, Boca comienza a enfocarse en los desafíos locales. El equipo dirigido por Miguel Ángel Russo apunta a recuperar terreno en el Torneo Clausura y la Copa Argentina, dos competencias en las que buscará sumar puntos clave para la tabla anual y asegurarse un lugar en la próxima edición de la Copa Libertadores a la que no clasifica desde hace dos temporadas.

River, por su parte, reorganiza su calendario con la Copa Libertadores como prioridad. El equipo de Marcelo Gallardo debutará en el Torneo Apertura frente a Platense, pero toda la planificación apunta al mes de agosto, cuando enfrente a Libertad por los octavos de final del certamen continental. La dirigencia evalúa nuevas incorporaciones tras la salida de Franco Mastantuono.

Con objetivos distintos pero urgentes, Boca y River deberán dar respuestas rápidas en el segundo semestre. Los fracasos internacionales calaron hondo y en ambos equipos se prevén limpiezas de plantel aunque no inmediatas.