La derrota ante Huracán por 1 a 0 no solo dejó a Boca fuera de los puestos de clasificación a la Copa Libertadores. También marcó un nuevo récord negativo: 11 partidos sin ganar, la peor racha de su historia. En ese contexto, el ciclo de Miguel Ángel Russo parece acercarse a su fin, y todo dependerá del resultado frente a Racing el 9 de agosto en La Bombonera.

La dirigencia ya no disimula su incomodidad. Si el Xeneize no le gana a la Academia, Russo dejaría de ser el técnico, según informó el periodista Lucho Cofano. Sería el cierre de su tercer ciclo en el club, con un arranque que igualó a Mario Zanabria como el peor de todos: siete partidos sin triunfos desde su regreso. La paciencia, adentro y afuera, se agota.

Los hinchas están que arden

Mientras los rumores sobre su salida se viralizan en redes sociales, Russo intenta sostener la calma. Pero sus decisiones no ayudan. Tras la caída ante Huracán, volvió a darle libre al plantel, igual que después de la eliminación en Copa Argentina. Ni siquiera aprovechó los 11 días sin partidos para comenzar a cambiar el rumbo desde el primer minuto.

Puertas adentro, dicen que lo ven desgastado. Su salud, incluso, genera preocupación en el cuerpo técnico y en algunos dirigentes. Aunque él se muestra fuerte y asegura que va a revertir el momento, el sábado 9 de agosto puede ser determinante. El hincha volverá a La Bombonera y no parece dispuesto a tolerar mucho más.

Russo lo sabe. "Me hago cargo de todo", repite en cada conferencia. Pero ya no alcanza con asumir culpas. Boca no reacciona, y cada vez juega peor. Si pierde con Racing, no solo se irá otro técnico: también se desvanecerá la última cuota de esperanza que queda en el banco.