En su tercer día consecutivo, el intercambio de ataques entre Israel e Irán profundiza una crisis sin precedentes. Israel afirma haber destruido instalaciones nucleares y militares: complejos como Natanz e Isfahán fueron golpeados con aire reactivo, junto a fábricas de misiles balísticos y figuras clave del IRGC, incluido el general Mohammad Kazemi. En el lado iraní, ya se reportan entre 224 y 406 muertos, en su mayoría civiles, y más de 1.200 heridos.

Irán respondió este domingo con al menos 270 misiles y drones, lanzados incluso durante el día, el primer ataque de su tipo, que alcanzaron Tel Aviv, Haifa, Bat Yam, Jerusalén y Tamra. Aunque sistemas como la Cúpula de Hierro lograron interceptar muchos, aún así hubo daños: al menos 14 a 15 muertos y cientos de heridos, entre ellos niños, confirmados por Magen David Adom.

La estrategia israelí incluyó un inédito uso de drones de espionaje y sabotaje profundo dentro de Irán, coordinado con ataques aéreos. Según información, Mossad operó una red de drones que neutralizaron lanzadores de misiles y defensas iraníes, allanando el terreno para que la Fuerza Aérea israelí atacara decenas de objetivos estratégicos. La operación combinada habría reducido las capacidades iraníes de lanzar hasta 1.000 misiles a solo cerca de 200 .

Las repercusiones trascienden lo militar. Los mercados del Golfo cayeron fuertemente: Qatar (-2,9%), Emiratos, Arabia Saudita y Kuwait bajaron entre 1,6% y 4,3%, con el crudo subiendo un 7% por temor a interrupciones en el suministro, especialmente tras el bombardeo al campo de gas South Pars compartido con Qatar.

La dimensión política es crítica: Netanyahu advirtió que podría derivar en "cambio de régimen" en Irán y afirmó que la operación continuará. Desde EE.UU., Donald Trump advirtió que "Estados Unidos está preparado para responder con una fuerza nunca vista antes" si Irán ataca intereses norteamericanos.

Mientras tanto, Occidente pide urgentemente desescalada, convocando al G7 y líderes como Macron y Starmer promueven diplomacia. Organismos como la ONU advierten sobre el riesgo de una conflagración regional.