El gobierno ecuatoriano irrumpió en la embajada de México en Quito para detener al exvicepresidente Jorge Glas, quien estaba bajo asilo político. La acción provocó la suspensión de relaciones diplomáticas entre países. El anuncio fue realizado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, calificando la situación como una violación del derecho internacional y la soberanía de su país.

La Policía Nacional ecuatoriana escaló los muros de la embajada de México en Quito para arrestar a Jorge Glas, quien enfrentaba una orden de prisión preventiva por supuesta corrupción. El embajador mexicano en Ecuador denunció la acción como un acto sin fundamentos, señalando la falta de aviso previo sobre el ingreso policial. Esta controvertida operación intensificó las tensiones diplomáticas entre ambos países.