Las imágenes satelitales difundidas tras los ataques de Estados Unidos a instalaciones nucleares en Irán revelan la magnitud del impacto. El sábado 21 de junio, Washington bombardeó tres sitios clave para el programa atómico iraní: Natanz, Fordow e Isfahan. Estas acciones marcaron el involucramiento directo de EE. UU. en el conflicto entre Israel e Irán. El presidente Donald Trump aseguró que las instalaciones fueron "completamente destruidas", mientras que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) indicó que aún no puede verificar los daños por falta de acceso.

Las fotografías satelitales, tomadas por la empresa Maxar y publicadas por France24, muestran diferencias notables. En Fordow, donde se produce uranio enriquecido de alto nivel, aparece un gran cráter en el centro del complejo subterráneo. La instalación está enterrada bajo una montaña, lo que obligó al uso de bombas antibúnker GBU-57. Antes del ataque, el sitio aparecía intacto, ya que no había sido blanco de ataques israelíes previos.

En Natanz, otra planta de enriquecimiento de uranio, las imágenes reflejan una nueva destrucción subterránea. A pesar de los daños anteriores provocados por Israel, los nuevos impactos dejaron marcas visibles en la superficie. En esta zona se ubicaban las centrifugadoras más sofisticadas de Irán, esenciales para su capacidad nuclear. Expertos sostienen que el suministro eléctrico había sido interrumpido previamente, afectando su funcionamiento.

¿Qué implicancias tiene para el programa nuclear iraní?

En el caso de Isfahan, la planta de conversión nuclear también fue alcanzada por misiles estadounidenses. Las imágenes muestran la destrucción parcial de edificios en superficie y daños en las entradas a túneles donde Irán almacena parte de su uranio enriquecido. Según el OIEA, Isfahan contenía material de alto valor estratégico, lo que convierte al ataque en uno de los más significativos desde el inicio de la escalada.

A pesar de las versiones cruzadas entre Teherán y Washington, varios gobiernos europeos ya anticipan que el programa nuclear iraní sufrió un revés considerable. Mientras el OIEA espera autorización para ingresar y verificar el estado real de las instalaciones, las imágenes satelitales permiten concluir que los sitios clave fueron golpeados con precisión. Aunque no se registraron fugas radiactivas, el acceso a las reservas de uranio y la infraestructura técnica ha sido comprometido.