Israel lanzó el viernes una ofensiva directa contra instalaciones nucleares de Irán y abatió a varios altos mandos de la seguridad iraní, en un movimiento que fue calificado por Teherán como una "declaración de guerra". La operación, considerada un golpe de inteligencia de alto nivel, desató una respuesta inmediata y elevó la tensión regional a niveles sin precedentes.

La advertencia de Irán

En las horas siguientes, Irán replicó con el lanzamiento de más de un centenar de drones hacia territorio israelí. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) trabajaron para interceptar los aparatos, según confirmó el vocero militar Effie Defrin en declaraciones al The Times of Israel. La situación derivó en el despliegue total del sistema de defensa aérea israelí.

La reacción del régimen iraní fue contundente. "Se han cruzado todas las líneas rojas", señaló un comunicado de las Fuerzas Armadas, que advirtieron que "no habrá límites" en su represalia. El ayatollah Ali Khamenei, líder supremo de Irán, anticipó un "castigo severo", reforzando la retórica bélica tras los ataques sufridos.

Por su parte, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu aseguró que su país se prepara para una escalada prolongada. "Anticipamos que estaremos expuestos a varias olas de ataques iraníes", declaró en un mensaje grabado.