La esperada cumbre entre Donald Trump y Vladimir Putin en Alaska concluyó sin avances concretos en torno a la guerra en Ucrania. Aunque ambos mandatarios destacaron el "buen entendimiento" logrado durante las tres horas de encuentro en la Base Elmendorf-Richardson, no se alcanzó un alto el fuego, el objetivo principal planteado por Washington.

¿Hubo señales de acercamiento?

Trump aseguró que planea informar en los próximos días a Volodimir Zelensky y a líderes europeos sobre la conversación, pero dejó claro que "no hay acuerdo hasta que hay un acuerdo". Por su parte, Putin mantuvo una postura firme sobre Ucrania, reiterando que el conflicto está vinculado a "amenazas fundamentales" a la seguridad rusa y que cualquier salida debe atender las "causas primarias" de la guerra.

La reunión estuvo marcada por elogios mutuos. El presidente ruso incluso respaldó la idea de que, de haber estado Trump en la Casa Blanca en 2022, la invasión nunca habría ocurrido. Antes de despedirse, ambos sugirieron un próximo encuentro, posiblemente en Moscú.

Si bien la cumbre dejó fotos de camaradería y un mensaje de optimismo, no resolvió las tensiones. Para Putin, la sola realización del encuentro ya supone un triunfo diplomático; para Trump, un intento de mostrar iniciativa en un conflicto que sigue siendo el más sangriento en Europa en décadas.