Donald Trump confirmó el ingreso formal de Estados Unidos en la guerra entre Israel e Irán. Lo hizo con un mensaje en Threads, donde celebró el bombardeo "exitoso" de tres instalaciones nucleares iraníes clave: Fordow, Natanz e Isfahán. La ofensiva marca un giro decisivo en la escalada regional.

Bombas y advertencias

Trump detalló que se arrojó "una carga completa de bombas" sobre Fordow, y que todos los aviones regresaron a sus bases sin incidentes. Aunque el presidente habló de "una hora para la paz", la operación dejó claro que Washington abandonó la neutralidad. Se espera una fuerte respuesta de Teherán.

Coordinación con Israel

Según Axios, la Casa Blanca avisó a Israel antes del ataque. El dato confirma lo que ya se intuía: que hay una coordinación activa entre ambos países, pese a que Washington intenta mantener una imagen de independencia táctica. Israel aprovechó el aviso para reforzar su sistema de defensa.

El blanco nuclear

Las instalaciones atacadas son pilares del programa atómico iraní. Teherán insiste en que sus fines son pacíficos, pero tanto Israel como EE.UU. lo ven como una amenaza existencial. El conflicto entra así en una nueva etapa, con más actores y más riesgo de un incendio global.