Tras los recientes bombardeos de Israel sobre instalaciones atómicas en su territorio, Irán anunció que analiza retirarse del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), un paso que podría redefinir el equilibrio geopolítico en Medio Oriente. La iniciativa, aún en desarrollo en el Parlamento, fue confirmada por el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, Esmaeil Baghaei, quien vinculó la medida directamente con los ataques israelíes, en medio de una escalada bélica que ya lleva varios días y afecta también a negociaciones clave con Estados Unidos.

¿Qué consecuencias tendría una salida del tratado?

De concretarse, Teherán dejaría de estar obligado a cooperar con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), perdiendo así el monitoreo internacional sobre su programa nuclear. Esto alimenta la preocupación de que Irán avance hacia la fabricación de armas atómicas, algo que el país niega enfáticamente, asegurando que su desarrollo energético tiene fines pacíficos. Sin embargo, mantiene uranio enriquecido al 60 %, un nivel cercano al necesario para uso militar.

Además de implicar un desafío directo al sistema internacional de no proliferación, la medida encendería aún más la tensión con Israel, único país de la región que no firmó el TNP y que, aunque nunca lo confirmó oficialmente, se presume que posee armamento nuclear. Irán, por su parte, insiste en que el OIEA debe condenar los ataques israelíes y acusa al Estado hebreo de violar el derecho internacional.