No te pierdas el 123 de Rolo Pedrotti
1- Viaja y teje
El gobernador no descansa. A su ya conocida compulsión al trabajo, Martín Llaryora le ha sumado desde hace meses, la tarea de pergeñar su futura estrategia electoral. Todo un trabajo 24/7. Es así que mientras lleva adelante reuniones durante su gira por Corea, Japón y Reino Unido, sigue tejiendo y destejiendo para su armado político de cara al 2027. Ese que circula por la ancha avenida del medio. El que blanqueó esta semana esa movida del peronismo no K fue el ex presidente provisorio Ramón Puerta, que nombró a Llaryora en un pelotón de dirigentes que también incluye a Miguel Pichetto y al propio Juan Schiaretti. Las agujas no descansan. El tejido recién empieza.
2- Casi una luca
Desde hace 2 meses, Daniel Passerini se apartó del tándem de ciudades del interior que venían aumentando al compás sus boletos urbanos. Rosario, por caso, ya en junio colocó ese valor en $940. Sin embargo, las empresas del sistema, que viene funcionando a los ponchazos, evidenciaron esta semana que el aumento está cerca, y que ese incremento llevaría al boleto cordobés a $900. Aunque ese salto de casi el 30% sigue muy por debajo de lo que piden los empresarios, es todo lo que el municipio está dispuesto a aumentar para no pagar un costo político más alto. Un boleto de casi una luca será difícil de digerir para los cordobeses de a pie.
3- Clama por seguridad
El intendente de Villa Carlos Paz puso el grito en el cielo por la inseguridad. Esteban Avilés denunció que la villa fue discriminada por la gestión Llaryora, apuntando directamente al gobernador y al Ministerio de Seguridad. Avilés, ex funcionario de Schiaretti, salió a golpear con contundencia, pidiendo más móviles y oficiales para el principal centro turístico de la provincia. En el Panal aseguran que se trata de una movida netamente política, casi una revancha del intendente tras su salida del Partido Cordobés. Además, apuntan que Carlos Paz fue una de las pocas ciudades que no adhirieron a la nueva Ley de Seguridad provincial. En definitiva, un tire y afloje político, con la gente en el medio.