No te pierdas el 123 de Rolo Pedrotti
1- Ansiedad electoral
El triunfo peronista en Río Cuarto envalentonó a Martín Llaryora. Es que la victoria en la capital alterna de la provincia le devolvió la esperanza al gobernador de poder desempolvar su principal anhelo: el juego nacional. Ese resultado, sumado a una encuesta de la consultora W que muestra que el apoyo al ajuste de Milei empieza a debilitarse, hicieron que Llaryora volviera a reclamar con fuerza por un plan productivo y el regreso de la obra pública. Con la Ley Bases sancionada, tanto el cordobés como otros actores del peronismo no kirchnerista y ex Juntos por el Cambio, entienden que la etapa de las excusas terminó y que la larga carrera electoral para el 2027 ya está lanzada.
2- Vienen tranqui
El funcionamiento de la Legislatura de Córdoba deja mucho que desear. Con apenas 9 sesiones en todo el año, el poder legislativo estuvo lejos de la altura que amerita la actual circunstancia de crisis. Chicanas, chiquilinadas, tironeos y sólo 13 leyes fueron el saldo de la productividad legislativa. Incluso, muchos añoran la época donde la Unicameral funcionaba como una escribanía del peronismo, ya que aunque sea así se multiplicaban las discusiones y el funcionamiento era semanal. La última novedad fue la ajustada aprobación del último balance de Schiaretti, sólo bancada por el oficialismo y 3 aliados. Con este panorama, el stand by será moneda corriente.
3- Panal vs maestros
La disputa salarial entre el gobierno y el gremio docente tuvo otro capítulo esta semana con el paro del martes. Se trata de la sexta medida de fuerza en medio de un semestre por demás complicado. Los docentes reclaman que la paritaria se ajuste por inflación y que incluya lo perdido (por goleada) en los primeros 3 meses del año, cuando aceptaron incrementos del 50% de lo que marcaba el IPC. Provincia asegura no disponer de fondos para eso y sólo ofrece gatillo por inflación. Con la sanción de Ganancias, el gobierno volverá a contar con caja para reconstruir los magros salarios de los maestros. Los gremios lo saben y por eso seguirán reclamando.