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1- Pacto y después
El gobernador confirmó su firma del Pacto de Mayo, que se hará en la vigilia del 8 al 9 de Julio en la Casita de Tucumán. Según planean en el equipo de Martín Llaryora, será al acompañamiento final de la primera etapa de la gestión libertaria. Algo así como un "ya te dimos todas las herramientas, ahora goberná". Una vez firmado el simbólico compromiso, Llaryora tiene decidido empezar a disputar el espacio del peronismo no K, de cara a las legislativas del 25. Las luces rojas encendidas por los mercados y el aparente final del apoyo incondicional al León, decidieron al peronismo cordobés a empezar a re-explorar la ancha avenida del medio.
2- Arranca o no arranca?
Como rezaba la vieja publicidad de bujías, la administración Passerini en la capital provincial todavía sigue en esa disyuntiva. Es que con casi 7 meses de gestión, poco es lo que se puede anotar en la lista del haber. El plan de metas presentado en el Concejo Deliberante suena ambicioso, con más de 300 objetivos fijados, pero son muchas las áreas donde todavía hoy no hace pie. El transporte es el servicio más complicado, con la expectativa de que mejore con el nuevo sistema en el 2025, pero con muchos problemas hoy. La seguridad, a pesar de la llegada de la Guardia Urbana, también está en rojo. El segundo semestre ya comenzó y exige respuestas urgentes.
3- Escondiendo al General
Si bien en las últimas semanas aparecieron algunos indicios de un cambio de tendencia a nivel nacional, el idilio del electorado cordobés con la gestión Milei por ahora permanece intacto. Es por esto que en el 50 aniversario de la muerte de Juan Domingo Perón, tanto Llaryora como Schiaretti, prefirieron arriar las banderas justicialistas, dejar la marchita a un costado y camuflar sus homenajes con una misa lavada. Muy atrás quedaron los actos multitudinarios con la figura del general como estandarte. A pesar de los 25 años en el poder, la evidente "desperonización" del votante de la isla así lo demanda.