La Cámara de Diputados rechazó este miércoles los vetos de Javier Milei a las leyes de financiamiento universitario y de emergencia pediátrica, asestando un golpe directo al Gobierno. La sesión dejó en evidencia el aislamiento parlamentario del oficialismo, que no logró contener ni a sectores que semanas atrás se mostraban cercanos. En la Casa Rosada siguieron la votación en silencio, sin comunicados ni declaraciones oficiales.

Escenarios abiertos tras la derrota

El revés llega en un momento delicado para Milei, a poco más de un mes de las elecciones de octubre y en medio de tensiones con los gobernadores. En su entorno reconocen que no tienen margen para frenar lo mismo en el Senado, por lo que ya piensan en demorar la aplicación de las normas hasta diciembre, cuando esperan contar con un Congreso renovado y más favorable. La idea es resistir y relanzar la gestión en una segunda etapa.

El oficialismo debate ahora cómo recomponer la relación política sin ceder en su bandera del equilibrio fiscal. La posibilidad de judicializar los proyectos aparece en el horizonte, aunque no hay definiciones. Mientras tanto, Milei se refugia en la campaña electoral y prepara su visita a Córdoba como gesto de fortaleza frente al traspié legislativo.

Una estrategia en revisión

En Balcarce 50 aseguran que el Gobierno no cambiará su rumbo, pero sí ajustará la estrategia: más diálogo con gobernadores a través del flamante ministro del Interior, Lisandro Catalán, y un Presupuesto 2026 "amigable" que permita encarar reformas laborales e impositivas. La apuesta es clara: superar el desgaste actual y reposicionar al oficialismo en diciembre.

La derrota en Diputados marca un punto de inflexión. Para algunos, abre la puerta a un mayor aislamiento político; para otros, puede ser la excusa para reordenar la gestión y recuperar la iniciativa. Lo cierto es que, por primera vez desde el inicio de su mandato, Milei enfrenta la certeza de que la aritmética parlamentaria también condiciona su futuro.