Con apoyo clave de gobernadores y abstenciones estratégicas, la Cámara de Diputados ratificó el veto del presidente Javier Milei al proyecto que establecía un aumento de 7,2% en jubilaciones y pensiones, además de elevar el bono de $70.000 a $110.000. Al no alcanzar los dos tercios necesarios para revertirlo, la decisión del Poder Ejecutivo quedó firme.

La oposición reunió 160 votos a favor de la ley original, mientras que el oficialismo cosechó 83 rechazos. Sin embargo, fueron las seis abstenciones las que inclinaron la balanza: al estar presentes en el recinto, elevaron el número necesario para alcanzar la mayoría agravada.

Entre quienes optaron por no votar se destacaron los cuatro legisladores de Misiones alineados con Carlos Rovira, además de María Eugenia Vidal (PRO) y Marcela Antola, cercana al gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio. Este último también aportó el voto en contra del diputado Francisco Morchio, del bloque Encuentro Federal.

El gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, sumó a sus legisladores Lisandro Nieri y Pamela Verasay al rechazo, mientras que desde Santa Cruz el mandatario Claudio Vidal garantizó el voto de José Garrido, que en instancias previas había apoyado el debate.

A la lista se agregaron los radicales Atilio Benedetti (Entre Ríos), Soledad Carrizo (Córdoba) y Gerardo Cipolini (Chaco), quienes respaldaron la postura del oficialismo.

El resultado significó un triunfo para La Libertad Avanza, que venía de sufrir un traspié cuando se trató el veto presidencial a la ley de emergencia en discapacidad. En ese caso, la oposición había conseguido revertirlo con 172 votos positivos.

 "No podés cambiar el voto en media hora. Te está mirando el país", cuestionó el diputado Pablo Juliano, de Democracia para Siempre.