Elecciones

Domingo de urnas: Pullaro ganó en Santa Fe e Insfrán arrasó en Formosa

Horas atrás, hubo una jornada electoral que contó con resultados sorprendentes.

Licenciado en Periodismo y Periodista Deportivo

Las elecciones del domingo dejaron un escenario dual en dos provincias clave del país. En Santa Fe, la alianza Unidos para Cambiar Santa Fe, que lidera el gobernador Maximiliano Pullaro, obtuvo una amplia victoria en más de 260 localidades, pero el dato que alteró la narrativa fue Rosario: el peronismo, con Juan Monteverde, se impuso en un virtual triple empate frente a libertarios y oficialistas. En la capital también ganó el frente oficial, pero con escasa diferencia.

Un dato que preocupa es el nivel de participación: apenas votó el 52% del padrón, reflejo de un fenómeno que se repite elección tras elección. Pullaro lo mencionó como "una llamada de atención" para toda la dirigencia. Mientras tanto, Karina Milei celebró el avance libertario en Santa Fe con un mensaje directo: "Vamos a romper con el status quo".

Formosa, entre la reelección y la denuncia

En Formosa, Gildo Insfrán volvió a ganar con cifras aplastantes: más del 67% en todas las categorías, y el PJ al frente de la futura Convención Constituyente que podría permitirle una nueva reelección. El Frente Amplio quedó lejos, con el 20%, y La Libertad Avanza tuvo un debut sorpresivo con más del 10% de los votos, sin el impulso de figuras nacionales.

No faltaron las acusaciones: Juan Montoya, candidato opositor, denunció al gobernador por "maniobras fraudulentas" y calificó al Tribunal Electoral de "ilegítimo". Las críticas apuntan a la Ley de Lemas, clave para que el oficialismo mantenga su hegemonía. La oposición promete judicializar el proceso.

¿Cambio de ciclo o más de lo mismo?

Lo ocurrido en Santa Fe muestra que hay margen para las sorpresas. La victoria de Monteverde en Rosario podría marcar un punto de inflexión para el peronismo, mientras que la expansión de LLA en ambos distritos refleja que la marca Milei ya se instaló en la boleta y en el imaginario electoral.

Formosa, en cambio, sigue orbitando alrededor del mismo eje: Insfrán. Su control de la Convención podría abrirle la puerta a otro mandato. La oposición tradicional, atrapada entre la denuncia y la resignación, quedó una vez más relegada. Ambos escenarios exhiben lo mejor y lo peor de la política argentina: nuevos liderazgos en construcción y viejas estructuras que no sueltan el poder.

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