Las elecciones legislativas en Chaco, Jujuy, Salta y San Luis confirmaron un patrón: los oficialismos provinciales, cuando se despegan de la lógica nacional, logran sostener su hegemonía. Pero lo novedoso fue la consolidación de La Libertad Avanza en distritos donde hasta hace poco no existía, con alianzas tácticas y campañas focalizadas. En paralelo, el kirchnerismo y el PRO volvieron a exhibir su desconexión con el electorado del interior.

Chaco: alianza con sello libertario

La fórmula del gobernador radical Leandro Zdero -una coalición con La Libertad Avanza- fue la más votada, derrotando con claridad al peronismo de Jorge Capitanich. Fue la segunda caída consecutiva del exgobernador, que volvió a enfrentar un justicialismo fragmentado. El oficialismo chaqueño celebró lo que consideró un "batacazo histórico", con la sombra de Karina Milei detrás del armado.

Jujuy: continuidad radical y oposición libertaria

En Jujuy, el oficialismo de Carlos Sadir duplicó en votos a los libertarios, que aun así lograron meterse en la Legislatura. El peronismo, relegado a un lejano tercer puesto, no consiguió salir de la irrelevancia. Sadir consolidó su poder provincial, pero La Libertad Avanza se posicionó como la principal oposición, un fenómeno que empieza a repetirse en el norte.

Salta y San Luis: dos mapas distintos

Gustavo Sáenz arrasó en el interior salteño y retuvo la Legislatura, pero perdió en la capital frente a una candidata libertaria fogoneada por el círculo más cercano a Milei. En San Luis, en cambio, Poggi ganó con amplitud y sin necesidad de acuerdos con los libertarios, que quedaron terceros. La vieja estructura de Rodríguez Saá se desmoronó en una provincia donde el kirchnerismo ya ni figura.