La reciente decisión de la Corte Suprema de Justicia, que ratificó la condena a seis años de prisión para Cristina Fernández de Kirchner por administración fraudulenta en la llamada Causa Vialidad, ha reactivado el debate sobre dónde deberá cumplir la exmandataria su pena. 

Aunque su defensa solicitó arresto domiciliario sin tobillera, uno de los posibles lugares de detención sería la Alcaidía Cavia, una dependencia poco visible pero significativa dentro del sistema judicial federal.

Este centro de detención, ubicado en el corazón del exclusivo barrio de Palermo Chico, pertenece a la Superintendencia de Investigaciones Federales y funciona bajo la órbita del Ministerio de Seguridad de la Nación. 

Su perfil es particular: está diseñado para alojar a personas implicadas en causas federales de alto impacto, muchas veces vinculadas a la política o al poder económico.

El juez Jorge Gorini, del Tribunal Oral Federal N°2 -el mismo que intervino en el proceso contra Cristina Kirchner-, realizó recientemente una inspección en la sede de la calle Cavia. 

Esta visita encendió alarmas dentro del círculo político más cercano a la exvicepresidenta, e incluso motivó reacciones en redes sociales y panfletos de advertencia en las inmediaciones del Paseo Alcorta.

Cómo es la alcaidía por dentro

La Alcaidía Cavia no es una cárcel común ni un penal de máxima seguridad, pero mantiene un régimen estricto de control. Sus instalaciones cuentan con celdas individuales y compartidas, vigilancia permanente y zonas comunes con circulación limitada. 

Se trata de un sitio preparado para albergar detenidos temporales que aún no han sido trasladados a una prisión definitiva o que, por sus antecedentes o repercusión pública, requieren condiciones especiales de custodia.

En el pasado, este mismo lugar alojó a figuras del poder como María Julia Alsogaray, quien estuvo detenida allí durante los procesos judiciales en su contra.

En medio de un contexto político delicado, y mientras se analiza si Cristina Kirchner podría cumplir prisión en su casa, la posibilidad de que sea trasladada a esta alcaidía genera tensión tanto en el oficialismo como en la oposición. La última palabra la tendrá la Justicia, pero todo indica que Cavia está bajo seria consideración.