Las elecciones legislativas de este domingo en la Ciudad de Buenos Aires registraron una participación del 53,2%, la más baja en décadas. En comparación con años anteriores, donde el promedio superaba el 73%, el dato encendió las alarmas. Ni la presencia de figuras reconocidas como Manuel Adorni, Leandro Santoro o Silvia Lospennato logró revertir la apatía ciudadana. Para la politóloga María Esperanza Casullo, la cifra refleja un problema estructural: "Hay un desencanto profundo con la política, y eso se refleja en la baja participación".

¿Qué llevó a tantos porteños a quedarse en casa?

Entre las razones que explican este fenómeno se destacan la falta de interés por cargos legislativos locales, las condiciones climáticas adversas, el cansancio electoral y una creciente desconfianza en los partidos. De hecho, una reciente encuesta reveló que más del 60% de los argentinos no se siente representado por ninguna fuerza política.

En estos comicios se renovaron 30 de las 60 bancas de la Legislatura porteña mediante el sistema de Boleta Única Electrónica, en una jornada marcada por el ausentismo y la desilusión ciudadana.