El rechazo a la ley de Ficha Limpia expuso lo que todos sabían y nadie decía en voz alta: las alianzas con senadores provinciales se compran caro y se cobran en cuotas. Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, dos misioneros que prometieron apoyar la norma, votaron en contra en el momento clave. En el recinto, silencio. Afuera, aplausos kirchneristas.

A favor de la impunidad, con gestos medidos

La Casa Rosada lanzó críticas post voto, pero los llamados previos a los dialoguistas dejaron huella. "Nos atosigaron", deslizó una bancada. El oficialismo buscó evitar una derrota política, pero terminó con un golpe institucional. El proyecto, impulsado por Silvia Lospennato, se cayó por un voto. Y por una traición que muchos vieron venir.

Cristina, habilitada para ser candidata, vuelve a la escena con un fallo judicial en contra y la política a favor. La Corte, que había dado señales al Congreso, ahora queda sola con la responsabilidad. Milei, mientras tanto, resume su bronca en dos palabras: "Lamentable. Fin".

Ficha Limpia era una bandera ética. Su caída revela que la casta no se jubila: se recicla. El Congreso, una vez más, prefirió salvar a los suyos antes que responder a quienes lo votaron. Un Senado blindado, una sociedad escéptica. Y Cristina, otra vez en carrera.