La relación entre Javier Milei y Victoria Villarruel atraviesa su peor momento desde el inicio de la gestión. Así lo reconoció el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien admitió que el Presidente se sintió traicionado por su vice luego de la última sesión del Senado. Para Milei, presidir ese debate fue un quiebre político.

Traición, reproches y pases de factura

Desde entonces, las acusaciones cruzadas no pararon. En redes sociales, el círculo cercano al Presidente tildó a Villarruel de "traidora", mientras ella respondió criticando los gastos en viajes y en inteligencia. La tensión creció al punto de que nadie en el oficialismo apuesta por una reconciliación. Francos fue claro: "La relación está mal".

Patricia Bullrich también se sumó a las críticas. En televisión, cuestionó que Villarruel no acompañe al Gobierno y afirmó que su apoyo al programa de Milei es "muy bajo". Para la ministra, la vicepresidenta rompió el contrato político con el que fue elegida: respaldar la estrategia presidencial sin fisuras.

Desde el Senado, Villarruel se defiende argumentando que actuó en su rol institucional. Que la sesión estaba convocada y había quórum. Pero en Balcarce 50 creen otra cosa: que aprovechó la situación para diferenciarse públicamente del rumbo fiscal del Gobierno y ganar perfil propio.

Hoy la interna ya no es un susurro, sino un grito. En plena puja legislativa, con un paquete previsional aprobado y un veto en camino, Milei y Villarruel están enfrentados. Y el daño, según el propio oficialismo, parece difícil de revertir.