Dónde se filmó Pecados Inconfesables: locaciones y producción de la nueva serie mexicana de Netflix
La nueva serie mexicana de Netflix destaca por su cuidadosa filmación en locaciones reales de México.
La nueva serie mexicana de Netflix, Pecados Inconfesables, se estrenó este 30 de julio de 2025 y ya genera revuelo entre los espectadores por su combinación de erotismo, suspenso y conflictos familiares. La historia gira en torno a Helena Rivas (Zuria Vega), una mujer atrapada en un matrimonio abusivo con el magnate Claudio Martínez (Erik Hayser), que buscará liberarse a cualquier precio. Con una trama intensa y giros constantes, la serie se presenta como un drama pasional cargado de chantajes, secretos y deseo.
Un estreno que ya da que hablar
Pecados Inconfesables cuenta con 18 episodios en su primera temporada y ya se ubica entre las tendencias de Netflix en varios países de habla hispana. Si bien la plataforma aún no confirmó una segunda parte, su impacto visual y narrativo, incluyendo sus locaciones, contribuyen a posicionarla como una de las producciones mexicanas más comentadas del año.
Producción y dirección
La producción ha destacado también por su impecable factura visual y la elección de locaciones reales que refuerzan el tono de lujo y poder. Pecados Inconfesables fue filmada íntegramente en México, combinando espacios urbanos, paisajes naturales y mansiones de alto nivel que sirven de telón de fondo a los conflictos de sus protagonistas. La dirección estuvo a cargo de Pablo Ambrosini y Felipe Aguilar, con producción de Mar Abierto.
La serie fue grabada entre septiembre y noviembre de 2024, y según la producción, se priorizó el uso de locaciones reales por encima de sets artificiales. Esto no solo dio mayor realismo a las escenas, sino que también ayudó a transmitir la sensación de opulencia, encierro y vulnerabilidad que experimenta la protagonista. La dirección de fotografía y el diseño de producción se combinaron para construir una estética tan sensual como inquietante.
¿Dónde se filmó?
La mayor parte del rodaje se llevó a cabo en Ciudad de México, donde se recrearon las oficinas, hoteles, casas y espacios sociales de la élite empresarial. Escenarios modernos y arquitecturas de líneas limpias refuerzan la atmósfera elegante y tensa en la que se mueven los personajes. Cada detalle de escenografía y vestuario acompaña el relato, mostrando el contraste entre apariencias refinadas y pasiones desbordadas.
Otra de las locaciones destacadas fue Valle de Bravo, un destino turístico de alto perfil ubicado en el Estado de México. Allí se filmaron varias de las escenas más emotivas y determinantes de la historia, aprovechando sus paisajes naturales, casas frente al lago y el entorno boscoso que aporta misterio y dramatismo. Este equilibrio entre ciudad y naturaleza potencia visualmente la evolución psicológica de los personajes.