La verdad sobre Ariel Silverman de "Menem": ¿existió en la vida real?
Personaje arquetípico ficticio que simboliza a los operadores políticos invisibles del menemismo.
Ariel Silverman es uno de los personajes más enigmáticos de la serie Menem, disponible en Prime Video. Interpretado por Guillermo Arengo, se lo muestra como un operador político de perfil bajo pero gran influencia, cercano al presidente. Su manera de hablar, sus gestos y sus silencios transmiten inteligencia y cálculo. Su presencia es constante, aunque nunca ocupa el centro de la escena pública.
¿Cómo lo definió el actor?
Guillermo Arengo, quien le da vida al personaje, lo describió como "un judío neurótico, porteño, amigo de tipos que estaban locos, pero él no tanto". Esa definición resume la personalidad de Silverman: irónico, agudo y escéptico frente a las decisiones del poder. No está libre de contradicciones, pero mantiene cierto código ético frente al caos que lo rodea.
Figura clave en la trama
Silverman representa a ese asesor sin cargo visible pero con acceso total. Actúa como mediador entre Menem y su entorno, marca límites y, en ocasiones, se enfrenta al propio presidente. Aporta profundidad dramática a la serie, encarnando la tensión entre lealtad y moralidad en la política real. Su rol es fundamental para entender cómo se movían los hilos del poder.
A través de personajes como Silverman o Gerónimo Ayala (Marco Antonio Caponi), la serie ficcionaliza lo que la historia oficial no cuenta: las conversaciones privadas, las traiciones internas, los dilemas del poder. Silverman funciona como el espejo del espectador dentro de ese sistema. No es héroe ni villano, sino un hombre tratando de sobrevivir en un mundo que lo supera.
¿Basado en alguien real?
Los creadores de la serie confirmaron que Silverman no existió como tal en la historia real, sino que fue creado como un personaje ficticio que toma elementos de varios funcionarios y asesores reales de los años 90. Aunque muchos espectadores lo asocian con figuras como Alberto Kohan o José Luis Manzano, los guionistas aclararon que Silverman está compuesto por retazos de distintas personalidades reales. Esta construcción simbólica les permite explorar el trasfondo del poder menemista sin comprometer nombres, otorgando libertad narrativa y evitando ataduras judiciales o políticas.