Guillermo Albarracín fue uno de los primeros sospechosos que surgieron en la investigación por el crimen de Nora Dalmasso, ocurrido en noviembre de 2006 en Río Cuarto. Contador, vecino cercano de la familia Macarrón y vinculado socialmente a ellos, Albarracín quedó en la mira luego de admitir que mantenía una relación sentimental con Nora en los meses previos a su muerte.

Su vínculo con la víctima quedó documentado en la causa: él mismo reconoció que la relación comenzó en octubre de 2005 y que se vieron con frecuencia hasta días antes del asesinato. Incluso, según consta en el expediente, hubo mensajes entre ambos la noche anterior al crimen. Esta cercanía afectiva lo colocó bajo sospecha en los primeros tramos de la investigación, que intentaba reconstruir los vínculos íntimos de Nora para establecer posibles móviles o responsables.

 ¿Dónde estaba Guillermo Albarracín la noche del crimen? 

Sin embargo, Albarracín no fue imputado en ningún momento. Su coartada resultó clave: la madrugada del 25 de noviembre de 2006, cuando Nora fue asesinada en su casa, él se encontraba en Punta del Este, Uruguay, participando de un torneo de golf junto a Marcelo Macarrón, esposo de la víctima. Esta información, sumada a los registros de viaje y testigos del evento, permitió descartar su participación directa en el hecho.

Pese a su relevancia inicial, Albarracín nunca llegó a declarar en el juicio oral que se llevó adelante en 2022, en el que Macarrón fue juzgado y luego absuelto por falta de pruebas. El fiscal de Cámara y la defensa acordaron no convocarlo como testigo presencial, y sus testimonios anteriores fueron leídos ante el tribunal.

En la actualidad, el nombre de Albarracín ya no figura entre las principales líneas de investigación. Aunque la causa tuvo un giro reciente con la aparición de un nuevo rastro genético en la escena del crimen, su perfil no ha vuelto a ser mencionado por los fiscales a cargo de esta nueva etapa.

Tráiler oficial de la serie de Netlfix sobre el caso de Nora Dalmasso