¿Por qué Menem era considerado ''mufa''? Lo que no cuenta la serie de Prime Video
Menem fue considerado "mufa" en la cultura popular argentina por supersticiones que lo vinculaban con la mala suerte
La serie Menem en Prime Video explora con dramatismo y estilo noventoso la vida política del ex presidente argentino Carlos Saúl Menem. Desde su llegada al poder en medio del caos hiperinflacionario, hasta las transformaciones liberales que marcaron una época, la ficción retrata con fidelidad los grandes hitos de su gobierno. Sin embargo, hay un aspecto central del imaginario popular que la serie elude por completo: su fama de "mufa".
Un comienzo con tragedias
La leyenda del Menem "mufa" comenzó casi en simultáneo con su presidencia. En 1989, apenas asumido, murieron dos ministros de su primer gabinete: Miguel Roig, ministro de Economía, falleció de un infarto a los cinco días de asumir. Poco después, el ministro de Salud Julio Corzo murió en un accidente aéreo. Dos tragedias prematuras que despertaron inquietud, sobre todo en una sociedad atravesada por el pensamiento mágico.
Miguel Roig, Ministro de Economía.
El deporte y la maldición presidencial
Uno de los momentos clave de la construcción del mito fue su relación con la selección argentina. Luego de un amistoso en el que Menem participó simbólicamente con el equipo nacional, Argentina pasó nueve meses sin marcar un solo gol. Para muchos, fue suficiente. La mufa estaba activada.
Se sumaron también episodios curiosos del tenis y el fútbol: la derrota de Gabriela Sabatini en una final tras ser felicitada por el presidente; o la frustrada transferencia del futbolista "Checho" Batista al fútbol japonés, días después de visitar la Casa Rosada y recibir la camiseta de la selección de manos del propio Menem.
Un nombre que no se podía decir
La fama se hizo tan omnipresente que su propio apellido se volvió tabú. Muchos argentinos comenzaron a referirse a él como "Méndez" o directamente con iniciales como "Mnm", para evitar la "invocación" directa de la mala suerte.
El término "mufa", heredado del lunfardo y de antiguas supersticiones teatrales, se consolidó como su apodo no oficial. En la televisión, en los cafés, en las canchas: cualquier cosa negativa que sucediera tras su aparición era atribuida a su "poder místico" de atraer desgracias.
Rituales, gestos y madera
Como en toda leyenda, la respuesta popular fue simbólica. Deportistas llevaban cintas negras o dientes de ajo en sus visitas al poder. Autoridades políticas evitaban darle la mano o se tocaban la entrepierna, gesto tradicional para "espantar la mufa" en el folclore argentino.
Incluso en 2005, años después de su mandato, el entonces presidente Néstor Kirchner se tocó madera al jurar como senador junto a Menem, gesto que quedó registrado por las cámaras y que provocó la indignación del propio Eduardo Menem, su hermano.
Nestor tenía claro que hacer si se te acerca un mufa:
— Marilé (@MarileNeumayer) May 15, 2024
Toco madera y el ... izquierdo
Que se prepare el mugriento, todas las desgracias del mundo las atrae el busto del INNOMBRABLE %uD83D%uDE12
(Ig @el_peroncho) pic.twitter.com/IituC207jv
En otra ocasión, durante una votación en La Rioja, un presidente de mesa saludó al ex mandatario mientras se tocaba los genitales de forma apenas disimulada, en pleno acto electoral.
¿Una construcción sin base?
Para el escritor Martín Kohan, lo de Menem y la mufa fue más que una broma: una creencia irracional que decía mucho de los argentinos. "No se trata de un juicio político, sino de un pensamiento mágico puro", expresó. La superstición, alimentada por coincidencias trágicas y una prensa que nunca supo cómo tratar el tema sin parecer frívola, terminó cristalizando una idea sin sustento lógico, pero muy poderosa.
Lo que la serie no muestra
La serie Menem pone el foco en los hechos políticos: las privatizaciones, la reforma del Estado, los indultos, su carisma y las sombras de su legado. Pero omite por completo esa dimensión casi esotérica de su figura pública, que fue central en cómo lo percibieron millones de argentinos durante dos décadas.
Quizás porque resulta incómoda, quizá porque es inverificable. Pero lo cierto es que Carlos Menem no solo fue presidente: fue un personaje de leyenda, con una fama de mala suerte que ningún otro político argentino logró igualar.