En los episodios finales de la miniserie Menem se introduce a Juana, una vidente que aconseja al expresidente y aparece como parte de su círculo íntimo. Aunque su figura genera misterio, Juana es un personaje inventado, que combina rasgos de varias figuras espirituales, pero no corresponde a una persona real específica.

¿Una bruja real detrás del personaje?

Durante los años 90, Menem sí consultaba con videntes y astrólogas: una de las más destacadas fue Azucena Agüero Blanch, conocida como "la bruja del poder". Artista plástica y astróloga mendocina, fue una consejera cercana en temas personales y políticos. En la serie aparece un personaje inspirado en ella -llamado Úrsula en la ficción- que refleja parte de su influencia real, aunque con un perfil dramatizado y ficcionalizado.

Juana no representa directamente a Agüero Blanch ni a ninguna otra vidente histórica. Es una construcción narrativa, parte de la mezcla de hechos reales y licencias creativas que usa la serie para dramatizar la manera en que la figura esotérica se entrelazaba con el poder político durante el menemismo.

La serie optó por incorporar a Juana para aportar dramatismo y simbolismo. Representa la presencia constante de consejeros espirituales en la vida de Menem, como Blanca Curi y otros astrólogos menos mediáticos. Estas figuras reflejan un fenómeno cultural de los años 90: la mezcla entre política, poder y misticismo popular.

Balance: mito y realidad en Menem

Aunque Juana no existió en la vida real, su presencia narrativa permite ilustrar el impacto de las consultas místicas en la presidencia de Menem. El personaje sintetiza arquetipos reales sin responder a un relato histórico comprobable.

Juana es un personaje de ficción, pero está inspirada en un ambiente real de figuras esotéricas y videntes que rodearon al expresidente. La serie combina biografía y dramatización para darle profundidad a esa dimensión invisible del poder menemista.